La primera vez que lo percibas, el toque picante de la lima y el aldehído de las hojas de cilantro (coriandre, en francés) establecen el marco para notas acuosas más frescas y tranquilas. La entrada fresca de flores verdes te envuelve y se va transformando en un embriagador almizcle. Es una experiencia sensorial que se mueve entre lo vital y lo tranquilo. Piensa en bañarte en el bosque de Chapultepec, un lugar tranquilo enriquecido por el trino de las aves, o en beber mezcal al fresco en una cafetería de La Condesa.

Así que... ¿Controvertido? Quizás. ¿La Ciudad de México en una botella? Te invitamos a que seas tú quien lo decida visitando nuestros laboratorios en la Ciudad de México.